Los Bancos de Alimentos necesitan la aportación de muchas entidades. De forma general podría decirse que la mayoría son productoras, distribuidoras o comercializadoras de productos alimentarios. Así por ejemplo hay empresas horticultoras que donan naranjas. Otras colaboran con productos elaborados y envasados como son la gran mayoría de los supermercados, pero también hay escuelas e institutos, academias, ayuntamientos y empleados que hacen recogidas periódicas de alimentos entre su personal y lo donan al banco de alimentos. Por último no faltan las personas sigulares que colaboran con su trabajo, su dinero o sus alimentos.
Los Bancos de Alimentos están en contacto entre sí, y si reciben más alimentos de los que pueden distribuir, los pasan a otros Bancos de Alimentos. Esto es normal si en una región se produce un alimento determinado en grandes cantidades, como es el caso de las galletas, la naranjas o en algunos casos la leche.